En ese marco, Kicillof afirmó: “La pérdida del Papa Francisco es una tristeza enorme, pero al mismo tiempo nos deja un legado, una enseñanza y la tarea de llevar adelante la bandera de la justicia social”.
“Debemos recordarlo principalmente por su obra y por su valentía: encaró una transformación muy profunda de la Iglesia Católica, y fue un referente mundial de un pensamiento a contramano de lo que ocurre con los poderes más importantes del planeta”, concluyó.