En un mundo donde la economía, la sostenibilidad y la innovación están más interconectados que nunca, surge un fenómeno esperanzador y transformador como la recuperación de viejas fábricas o edificaciones emblemáticos.
La Pulpe, una cafetería cargada de historia
En el paraje rural Gándara, municipio de Chascomús, dentro de un edificio que estuvo abandonado durante más de 20 años comenzó otra historia: un matrimonio joven afectado por la pandemia decidió dar un giro a sus vidas.
La historia de Vika y Seba nació en enero del 2021 con la inauguración de sus cabañas Refugio el Vergel -@refugioelvergel- el puntapié que los entusiasmó para pensar un proyecto turístico más amplio y con el menor impacto ambiental. En este sentido, además se encargan de comprar productos en la zona y el personal que contratan también es del lugar.
A la Pulpe -@pulperiagandara- se puede llegar por la autovía 2. Es una pequeña cafetería que abrió sus puertas el 29 de marzo de este año, reinventado un punto de encuentro donde hasta entonces solo quedaban restos de un modelo económico que destruyó la industria nacional.
“Después de haber pasado toda nuestra vida adulta y laboral en Capital Federal volvimos a Gándara y empezamos a reconstruir una parte del restaurant que antes era carnicería. Abrimos el local que cuenta con 20 metros cuadrados de salón y poco a poco vamos mejorando la parte vieja”, contaron.
La carta incluye elaboraciones sin tacc y comidas que cocinan las familias del pago en sus casas. “No traemos nada de afuera por eso somos el punto de venta de cosas más ricas y frescas”, aseguró Viika.
Nunca habían pensado que este proyecto despertaría tantas emociones. Por ejemplo el caso de Juan Ignacio Castoldi, dueño de ATALAYA, quien les brindó todo su mobiliario y vajilla facilitando la apertura. Ese día donó todas las medialunas y desde entonces la firma apadrina el emprendimiento.
“La familia de Juan estuvo muy ligada a la historia de Gándara y a la fábrica, él tenía recuerdos hermosos de su infancia aquí y de corazón siempre estaremos agradecidos”, concluyó la pareja.
La estación de servicio que se convirtió en hospedaje
En Huanguelén, partido de Coronel Suárez, una antigua expendedora de YPF tiene un relato de restauración inusual.
Alejandrina Perez Bravo oriunda de allí inició este proyecto de remodelación con la idea de atraer turistas que puedan vivir una experiencia diferente.
“Apunto a un atractivo bien de pueblo y no solo a lo que estamos acostumbrados que son los viajantes”, contó Lali, propietaria de @latorrehuanguelen.
Su abuelo fue dueño de unos terrenos ubicados frente a la plaza principal, que con el tiempo llegaron a ser el sitio donde funcionó una de las primeras estaciones de servicio de la zona. Corría el año 1945.
“Pasé ahí casi toda mi infancia, mi papá trabajaba en la gomería y la escuela estaba enfrente: así que era salir y cruzar”, rememoró.
Después de pasar un largo tiempo fuera del poblado, la vida la acercó a sus raíces, pero como no tenía un sitio en el cual hospedarse pensó en renovar la icónica oficina de la YPF. Poco a poco lo transformó en un extravagante departamento, con terraza y vista privilegiada para disfrutar de los atardeceres junto a un fogón.
La joven anfitriona está en todos los detalles. Recibe a sus huéspedes con alfajores de producción local, una guía de recomendaciones en parrillas y bares junto a un voucher con descuento para la próxima visita junto con stickers alusivos.
“Mi idea es presentar todo lo que tiene el destino en una sola opción con hospedaje, gastronomía y circuitos”, agregó esta entusiasta.
Cada edificio recuperado es un puente donde la historia se encuentra con el presente. Estas iniciativas inspiradoras demuestran que con determinación y colaboración es posible crear espacios distintos para compartir experiencias prometedoras. La Provincia, un destino bueno, bonito y bonaerense con memorias, empuje y muchos sueños por realizar.