No lo piensen como una utopía, no caigan en la visión que se tenía de éstas tecnologías hace 20 años, cuando el producto de las mismas no era significativo para el verdadero cambio; hoy es posible, si no es por la conciencia de lo que pueda quedar para futuras generaciones, que sea por la conciencia de la crisis económica.
Crisis a la que se puede hacer frente no solo generando empleo al desarrollar tales obras, sino porque una energía limpia es más económica, impacta en el bolsillo de la gente y eso se traduce en un beneficio colectivo, se traduce en salud, en un problema menos al cual tener que hacerle frente. Y en la economía del político, también se traduce en votos.
Estas bien intencionadas palabras buscan oídos en todos los niveles de gobierno, no solo a nivel macro, sino que deben llegar a los municipios, a los vecinos, e intentar despertar la inquietud al menos, de que el vecino se acerque a sus representantes locales, que se peticione hasta lograr la atención que se merece, porque este tipo de inversión puede empezar por un barrio...
La hora de actuar es ésta.
(*) Gustavo Dopazo estudió Ciencia Política y Relaciones Internacionales y es dirigente Scout.