A 520 kilómetros de la Capital Federal, Villa Epecuén, en el municipio de Adolfo Alsina, se destaca por una laguna increíble que se muestra entre edificios y árboles petrificados por la sal. Se trata de una localidad que la inundación en el año 1985 dejó inhabitable.
La Historia nos remonta a 1920, cuando la localidad comenzó a surgir como lugar turístico de esplendor por los beneficios para la recuperación integral del cuerpo que poseía. Las personas llegaban en tren y en auto para relajarse en ese entorno natural único. Pero vino la inundación de toda la ciudad, que dejó un escenario apocalíptico. Entonces, el pueblo buscó distintas alternativas para reponerse de la tragedia. La villa como tal ya no existía.
Con el paso del tiempo, esas ruinas se convirtieron en un museo a cielo abierto con recorridos guiados y cartelería informativa que señala memoriosa la historia de cada rincón: es una escenografía visualmente impactante.
El lago es conocido por sus propiedades curativas. Sus aguas se equiparan a las del Mar Muerto, en Medio Oriente. Tienen cuatro veces más sal que el mar, entre 180 y 200 gramos por litro y eso hace de Epecuén uno de los principales destinos agraciados para turismo termal de la provincia de Buenos Aires.
Ideal para caminatas y fotografías, allí se filmaron varias películas y videoclips de bandas musicales.
“Tenía 20 años cuando se inundó la Villa. La inundación se llevó mi casa y mi historia. Nuestra misión es que quienes vienen conozcan lo que pasó”, aseguró Viviana Castro, guardaparques de la Reserva Natural, Histórica y Cultural Laguna Epecuén.
Y agregó: “Actualmente estamos abocados a la tarea de conservación y en constante relación con científicos, arqueólogos y paleontólogos. Nos encontramos seleccionando y estudiando fósiles”.
Laguna La Brava: el paraíso escondido en la serranía bonaerense
Una extensa lámina de agua de 420 hectáreas, rodeada por las sierras de Balcarce y su entorno rural, promete experiencias recreativas para una desconexión total: navegación a vela y cabalgatas, pesca y trekking, escalada y ciclismo, stand up paddle, tirolesas, rappel y parapente.
En bote por la laguna La Brava, la brisa cálida acaricia los semblantes y relaja. “La gente nos elige para realizar distintas experiencias en contacto directo con la naturaleza”, afirmó Nadia Beilison, gerente de Piedra Naranja -@piedranaranja-, un emprendimiento de turismo sustentable que cuenta con ocho cabañas a orillas de la laguna y al pie de la sierra.
Gastronomía y experiencias. Se puede practicar windsurf, kitesurf y windfoil con equipo propio. “Estamos a 30 kilómetros de Capital Federal y a 43 de Mar del Plata. El agua de La Brava no está contaminada, lo que la convierte en completamente ideal”, concluyó.
Laguna del Monte: pesca y deportes acuáticos
En la ciudad de Guaminí, el paisaje lacustre es garantía de descanso y puestas de sol alucinantes. La Laguna del Monte está rodeada de árboles en medio de un balneario con camping y parrillas para pasar un día a pura diversión.
Allí la pesca es la actividad principal y abundan especies como pejerreyes, dientudos y bagres. También está de moda el kitesurf, un deporte acuático que consiste en desplazarse por el agua impulsado por una cometa.
“Desde 2016, tengo una escuela llamada KiteLake -@kitelake-, con alrededor de 80 aficionados que practican en el lago. Gracias a las distintas costas que tenemos en el pueblo, podemos navegar a todos los vientos”, explicó Marcos Casserly, instructor en distintos niveles. “Para iniciar no se necesita nada porque brindamos el equipo completo”, aseguró.
La provincia de Buenos Aires cuenta con una amplia variedad de sorprendentes destinos para conocer, ideales para pasar un fin de semana bueno, bonito y bonaerense a puro sol, naturaleza, actividades acuáticas e imágenes inolvidables.