Si en las PASO el libertario Javier Milei se nutrió del "voto bronca" contra el Gobierno y la política tradicional en general para alzarse con una victoria ruidosa e inesperada, en las elecciones presidenciales celebradas hoy bien podría considerarse que, a diferencia de lo ocurrido en agosto pasado, fue el "voto miedo" o "voto más racional" el que finalmente terminó imperando.
Con estos porcentajes, la elección de un nuevo Gobierno quedó atada a lo que suceda en el balotaje -previsto para el 19 de noviembre- entre Massa y Milei, luego de que quedaran fuera de competencia los otros tres postulantes a la Presidencia: Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio (JxC); Juan Schiaretti, de Hacemos por Nuestro País (HxNP) y Myriam Bregman, del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT).
Los números de este domingo modificaron la paridad de tres tercios exhibida en las PASO, pero no alcanzaron para consagrar al nuevo Gobierno porque la ley electoral establece que debe haber 10 puntos de diferencia entre el candidato más votado y el segundo si ninguno de ellos supera el 45% de los sufragios.
Escrutado el 98,37% de las mesas, Milei lograba un apoyo en las urnas de 29,99 puntos, casi similar a lo que ya había conseguido en las primarias abiertas simultáneas y obligatorias de agosto último, pero Massa mostraba una notable recuperación, de unos 9 puntos porcentuales, con respecto al 27,7% obtenido en las PASO por su fórmula más la que encabezaba Juan Grabois.
Por el contrario, Bullrich retrocedía de un 28,24% de votos al 23,83% de este domingo.
Muy lejos en números quedaban Schiaretti, aunque el representante del peronismo cordobés logró duplicar el respaldo que había conseguido en las primarias y sumaba ahora un 6,79% de votos y Bregman, quien casi repitió los resultados de agosto, con el 2,69%.