El gasoducto se realizó en un plazo récord de 10 meses y configura la obra de ingeniería más importante de los últimos 50 años en la Argentina. Fue construido con financiamiento estatal a lo largo de 573 kilómetros, atravesando cuatro provincias: Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires.
Su puesta en funcionamiento inicia una etapa en la que se podrá incrementar la capacidad de transporte de gas desde Vaca Muerta hacia los centros de consumo, comenzando a transitar el camino hacia la soberanía energética.