La novedad fue dada a conocer por la entidad mediante un informe que lleva la firma del doctor Fabio Giuseppe Bisciotti, miembro del Centro de Estudios Subacuáticos.
“Se han encontrado varias piezas compatibles con partes de un submarino, siendo necesario una investigación más exhaustiva para precisar de que modelo se trata”, indicó.
Esa documentación, que lleva fecha 30 de septiembre, fue hecha pública hoy por el periodista Julio Lagos, de Radio Rivadavia.
Se trata de la segunda pericia realizada a partir de fotos y filmaciones subacuáticas de los restos.
La primera determinó que los restos son compatibles con los de un submarino, posiblemente alemán.
Así lo dictaminó la evaluación de los ingenieros navales Juan Martin Canevaro y Andrés Miguel Cuidet, quienes actuaron como peritos de parte del grupo de investigación Eslabón Perdido, encabezado por Ariel Basti, que encontró los restos y denunció su presencia ante la Prefectura Naval Argentina el 9 de marzo de este año.
Ambos especialistas (Canevaro es presidente del Consejo Profesional de Ingeniería Naval), evaluaron las fotos y filmaciones de Prefectura y de la mencionada agrupación de voluntarios.
Esta entidad tiene por objetivo encontrar los cascos de submarinos nazis que llegaron hasta el Mar Argentino y que, tras desembarcar personas y objetos, fueron hundidos por sus tripulantes para no dejar rastros.
Los restos investigados se encuentran a 4,2 kilómetros de distancia de las playas bonaerenses de Costa Bonita y Arenas Verdes.
Pese a que el casco se encuentra semienterrado a 28 metros de profundidad y evidencia un gran deterioro, Canevaro y Cuidet hallaron en los registros visuales mencionados piezas que indican la presencia de un sumergible, por caso un periscopio.
“De tratarse de un buque / pesquero / arenero hundido, deberíamos haber encontrado o visualizado distintos elementos que son muy clásicos y necesarios en una nave de estas características, tales como bordas, cabrestantes, guinches de maniobras de izado de redes, portalones para el izado de las redes, pescantes de izado, palo de señales (uno en proa, techo de timonera y popa).
“Además –agrega el informe--, de tratarse de cualquiera de los buques antes mencionados, deberíamos encontrar brazolas que determinan las dimensiones de una bodega, ya sea de carga de pescado, arena y/o cualquier otro tipo de almacenamiento.
“De ser un petrolero pequeño tipo bunker, deberíamos encontrar pluma de carga de manguera, tuberías, manifold...deberíamos encontrar la estructura del puente de navegación, por más chico que este sea, deberíamos encontrar aberturas para ventanas y portas que es este caso no hay”.
También, según señala el sitio Necochea.net, los especialistas precisaron que la “zona de dispersión” de los restos del naufragio guarda relación con el tamaño de los submarinos oceánicos de la Segunda Guerra Mundial, citando a modo de ejemplo los modelos alemanes tipo IX y XXI que tenían más de 76 metros de eslora.
Además indicaron que una parte de la estructura analizada “resulta compatible con la torreta de un U-Boot” (abreviatura del alemán Unterseeboot, nave submarina).
También, de acuerdo al estudio de las imágenes observadas, señalaron que “se puede apreciar las estructuras de soporte de la cubierta principal de un sumergible”, entre otras consideraciones similares realizadas al identificar piezas de la nave compatibles con ese tipo de navíos de guerra.
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Debe señalarse que los peritos aclararon que el estudio se realizó sobre filmaciones obtenidas con poca claridad y que por lo tanto las conclusiones alcanzadas son “aproximaciones ya que no estamos logrando ver, en las imágenes suministradas para esta pericia -por el deterioro del casco, la sedimentación acumulada y la poca visibilidad-, la estructura completa del sumergible”.
Finalmente, como dato adicional, los peritos advirtieron que no se ha encontrado documentación de la nave ni dato alguno relacionado a su hundimiento ocurrido a unos 11 kilómetros de la ciudad balnearia de Quequén.
Los expertos, para avanzar en la investigación, sugirieron la extracción de muestras de metal para su posterior análisis así como de algunas piezas, por ejemplo el periscopio, para su estudio. También concretar un registro global del pecio mediante un sonar multihaz lo que permitiría un mapeo completo con detalles de la superestructura del casco.