El oficialismo llegó a esta elección con 20 senadores a favor y 26 en contra, pero con un duro antecedente directo. De haberse repetirse los resultados de las PASO, el cuerpo legislativo habría quedado igual. Sin embargo, el aumento de los votos en la primera, cuarta y séptima sección le permitió al Frente de Todos sacarle un senador por región y de esa manera quedarse con la soñada igualdad.
El Frente de Todos logró las tres bancas incluso desde la derrota. Es que, de igual modo que se dio en las PASO, el oficialismo cayó en siete de las ocho secciones electorales, solo ganando en la tercera. Pero con una gran diferencia. El voto a favor creció en todas las regiones. Sobre todo en la Primera, la segunda más populosa, donde la diferencia entre uno y otro fue de menos del 0.5 por ciento. 1.207.991 de votos para Juntos y 1.193.661 para el oficialismo, dejando cuatro senadores por lado.
Por su parte, en la cuarta, la referencia fue de 4 senadores para la oposición y 3 para el FdT; mientras que en la quinta fue de 3 a 2; y en la séptima de 2 a 1.
En la Cámara baja también hubo novedades. Allí Kicillof mantendrá la distancia ya ganada, pero habrá más bancas por fuera de la grieta. Y es que Avanza Libertad sumó tres candidatos propios (dos a través de la tercera y uno por la sexta) y el FIT, dos. Por ende serán cinco los representantes de la Cámara baja que jugará por afuera de los bloques mayoritarios y que, de seguro, serán buscados por el Frente de Todos como por Juntos para lograr los acuerdos necesarios.
Fuente: Ámbito Financiero