De acuerdo con las previsiones de Naciones Unidas, para el año 2050 la población mundial se habrá incrementado en un tercio. En consecuencia, será necesario aumentar la producción alimentaria en un 70% para que sea posible cubrir la demanda.
Ante la necesidad de que el campo sea más productivo, pero también necesariamente sostenible, las nuevas tecnologías se presentan como la solución. La transformación digital llega al campo para facilitar los procesos, mejorar las condiciones de producción y ayudar a encontrar mejores soluciones a través, por ejemplo, de la monitorización y el análisis de datos.
La digitalización es un proceso que afecta cada vez a un mayor número de actividades, incluso aquellas que tradicionalmente se han llevado a cabo en espacios físicos. Comenzó principalmente con el ocio, donde lugares de entretenimiento como los cines o los casinos se transformaron en entornos virtuales. Pero se ha ido extendiendo también a otros sectores como, por ejemplo, el de la automoción con autos que utilizan inteligencia artificial, o el de la venta al detalle con el comercio electrónico en alza.
Se habla ya de la era de la “industria 4.0”, que también incluye el agro. Era tan solo cuestión de tiempo que la digitalización y nuevas tecnologías como los dispositivos inalámbricos, las tecnologías basadas en la nube o el big data (el análisis masivo de datos a través de computadoras) tuvieran su aplicación también en el campo.
Según publicó Forbes Argentina el pasado mes de julio, las cinco innovaciones tecnológicas que más han transformado el campo argentino y ayudado a aumentar considerablemente su eficiencia se encuentran en las áreas de la telemetría (mediciones a distancia), la biotecnología (aplicación de la tecnología a sistemas biológicos y organismos vivos), la inteligencia artificial, la robótica, y el blockchain (tipo de encriptación de información con un alto grado de seguridad).
En torno a estas tecnologías se han puesto en marcha diversas empresas tecnológicas o startups que tienen como finalidad dar respuesta a las necesidades agrícolas a través de la innovación. Un ejemplo de éxito es la compañía argentina Auravant, que ha desarrollado una plataforma de agricultura digital que permite monitorizar con precisión los cultivos.
Auravant se formó en 2017, y en la actualidad cuenta con más de 20.000 usuarios repartidos en 70 países distintos; su software se utiliza para monitorizar más de 7 millones de hectáreas de cultivos en todo el mundo. La empresa, que cuenta con oficinas en Buenos Aires y en España, se encuentra en proceso de expansión después de ganarse la confianza de los inversores, que ven en el ‘agrotech’ (también ‘AgTech’) una gran oportunidad de negocio.
Este es un ejemplo de emprendimiento en el sector de la tecnología aplicada a la agricultura, pero existen muchos más en la Argentina. Para conectar y dar soporte a esos emprendedores y startups ‘agrotech’, entre febrero y noviembre de 2019, se lanzó la Red de Potenciación Nacional de Startups Agtech, cuyo objetivo era dar a conocer los beneficios del uso de las nuevas tecnologías al sector agroalimentario argentino.
Esta iniciativa se llevó con el apoyo de diversas instituciones, pero surgió de la plataforma Nesters, la primera red de potenciación del ‘agrotech’ argentino. Nesters fue formado en 2017 por varios productores agropecuarios junto con un grupo de emprendedores tecnológicos con el fin de invertir y apoyar el desarrollo de empresas ‘agrotech’ en Argentina. Entre los valores de esta asociación se encuentra la apuesta por la innovación para mejorar los procesos de trabajo, por la cooperación para conectar empresas, emprendedores y distintas organizaciones, y por la sostenibilidad para que sus iniciativas tengan un impacto económico, medioambiental y social positivo.
Nesters es un ejemplo de cómo se está intentando vertebrar en la Argentina un sistema de producción agrícola que abrace la innovación tecnológica para aumentar su eficiencia y poder dar respuesta a los retos del futuro.