La interna libertaria se convirtió en una guerra abierta. Javier Milei, presidente de la Nación, acusó a su vicepresidenta Victoria Villarruel de haber habilitado una sesión “ilegal” en el Senado que, según él, desató una corrida cambiaria y puso en riesgo la estabilidad del Gobierno. En una entrevista de tres horas con Alejandro Fantino en Neura, Milei no se guardó nada: “La traidora dio lugar a una sesión ilegal para que nos rompan el equilibrio fiscal. Eso generó ruido y habilitó una corrida, un ataque especulativo”.
El mandatario sostuvo que esa sesión fue “el primer golpe político para generarte inestabilidad en la demanda de dinero”, y que Villarruel actuó “en complicidad con los kukas” para provocar el colapso. “Pudo parar la sesión del Congreso y no lo hizo, en modo Golpe de Estado. Quiso tumbar al gobierno y cogobernar con los kukas”, disparó. Para Milei, el impacto fiscal de las medidas aprobadas equivale a “fumarse un YPF por año”, más de 17 mil millones de dólares, y acusó a los legisladores que las apoyaron de ser “asesinos de jóvenes”.
La escalada verbal incluyó frases como “Roma no paga traidores” y “el que traiciona una vez, traiciona siempre”. Milei también afirmó que Villarruel “dejó de participar de las reuniones de gabinete en abril o mayo de 2024” y que “cada cosa que haga va a quedar expuesta”. En tono desafiante, remató: “Si me quieren llevar puesto, van a tener que darle respuesta a la gente”.
El presidente se mostró convencido de que su gestión está alineada con el mandato popular: “Mi jefe es el pueblo argentino. Si no respeto esa agenda, estaría traicionando a 15 millones de personas”. En ese marco, descartó cualquier posibilidad de reconciliación con su vicepresidenta y dejó claro que la ruptura es definitiva.