“Para mí la agroecología es todo. La naturaleza, el futuro, la amistad y la conciencia social”, expresó el productor guaminense Mauricio Bleynat, en el documental “Elemento vital”.
En este distrito bonaerense nació en 2016 la Red Nacional de Municipios y Comunidades que fomentan la Agroecología (RENAMA) que actualmente nuclea a treinta distritos y 180 productores.
“Se trata de un modelo con principios que van más allá de lo ecológico-productivo porque incluye aspectos sociales y culturales”, explicó Mariana Marasa, doctora en Ciencias Naturales y Bióloga de la Universidad Nacional de La Plata, en esa producción audiovisual.
RENAMA propone un enfoque sistémico, participativo y multidisciplinario. Agricultores, técnicos agropecuarios, comunas, entes gubernamentales, organismos académicos y científicos, y organizaciones de base, conforman esa red que, a través del intercambio de experiencias y saberes, busca convertirse en transición hacia otro paradigma de producción alimentaria.
Guaminí pasó de tener cien hectáreas cultivadas sin agroquímicos ni transgénicos en 2014, a cinco mil hectáreas en la actualidad. El municipio reguló la fumigación con tóxicos en las áreas pobladas para implementar este modelo que fomenta el cuidado de la salud y el medio ambiente.
Las lagunas del Monte, Alsina y Cochicó son un valioso tesoro de la naturaleza, irrumpen en la llanura y sorprenden a los visitantes por su gran riqueza animal y su exuberancia vegetal.
El diez por ciento de la superficie de este destino turístico, 48 mil hectáreas, son espejos de agua. “Lograr el cuidado de estos humedales a través de prácticas de manejo ecológicas de sus riberas, tanto agrícolas como ganaderas, se traduce en un espacio enorme de protección y conservación de la biodiversidad natural”, afirmó Marcelo Schwerdt, doctor en biología, secretario municipal de Turismo, Patrimonio y Desarrollo Rural Sostenible, y fundador de RENAMA.
En los ambientes lacustres se encuentran “más de doscientas especies de aves, veinte de peces e innumerables taxones de plantas herbáceas y semiarbustivas, que se expresan con mayor fuerza y color en las áreas agroecológicas”, describió Schwerdt.
Amigables con el cuerpo y la naturaleza
La producción agroecológica de alimentos tiene un impacto amable con el entorno natural y también con nuestro cuerpo. La incorporación de nutrientes libres de químicos artificiales, potencia de manera positiva el funcionamiento del organismo.
Además, este modelo agropecuario impulsa un vínculo directo entre productor y consumidor, “generando fuerte conciencia sobre la calidad de los alimentos, sus procesos de producción, su aporte a la salud y la calidad ambiental”, sostuvo el funcionario municipal.
El molino “La Clarita” es el orgullo de Guaminí. Estudiantes de la Escuela de Educación Especial N° 502 elaboran harina integral de trigo agroecológico que se destaca por su calidad y valor accesible.
Los turistas que lleguen a este destino bonaerense podrán saborear productos regionales frescos como verduras, harinas, leches, conservas, dulces y chacinados “elaborados a partir de prácticas agroecológicas y provenientes de las diez hectáreas hortícolas y más de cuatro mil hectáreas extensivas”, detalló Schwerdt.
Cultivar y producir en armonía con la naturaleza y con la comunidad, es una forma de vida que se hace cada vez más fuerte en Guaminí, y que ha captado el interés de quienes tienen una mirada integral sobre el bienestar y las experiencias turísticas.
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