"Propuestas para una salida de consenso y diálogo: que el virus no paralice el debate", por Roberto Costa (*)
La oposición política es un actor fundamental de las democracias modernas. Su existencia y funcionamiento son un factor determinante para la calidad democrática. No sólo debe ejercer el control sobre los actos de gobierno, también debe promover acciones en pos de la construcción de consensos.
Ahora bien, ¿Cuál es nuestro rol como oposición en este contexto de pandemia? Por supuesto que, tal como lo estamos haciendo, acompañar y colaborar en el cumplimiento de las medidas sanitarias que apuntan a mitigar los efectos del virus, reducir contagios y salvar vidas. Sin embargo, a medida que nos acercamos a los 150 días de confinamiento, no podemos dejar atadas todas las iniciativas y políticas del Ejecutivo a las variables de la epidemiología. Muchas veces, entre los decretos y resoluciones para enfrentar al virus, se cuelan elementos altamente cuestionables desde lo político e institucional.
Suele decirse que frente a las grandes crisis nacen las grandes soluciones. Nos encontramos ante la posibilidad de achicar la grieta, debatir y poner en la agenda pública aquellos temas que vienen silenciados hace muchos años. Hoy, deberíamos debatir los siguientes ejes:
- Reforma del Poder Legislativo. Tendríamos que pensar la posibilidad de modificar el Poder Legislativo pasando del sistema bicameral al unicameral. Esta idea podría estar acompañada de la implementación de elecciones de legisladores unificada cada 4 años. Es inadmisible que cada dos años nos encontremos ante actos electorales que no sólo representan una distracción de la labor legislativa sino un dispendio injustificado de fondos.
- Regionalización de la Provincia. Históricamente nuestro sistema federal estuvo impregnado de serias asimetrías económicas y de poder. La Provincia no es ajena a esta situación. Se debería discutir la descentralización del poder en nuestro territorio, regionalizando el mismo y dando tratamiento especifico tanto al AMBA como al interior bonaerense.
- Autonomía Municipal. La Provincia tendría que dar cumplimiento a los artículos 5 y 123 de su Constitución reconociendo la autonomía plena a los municipios. Esto sería un paso fundamental para la democratización del poder y el acercamiento del
Estado a los vecinos.
- Mandato limitado en tiempo para los cargos de los Organismos de la Constitución.
La perpetuidad en el ejercicio del poder en cualquier ámbito público no es saludable. Por eso, habría que pensar en limitar el tiempo de los mandatos en los cargos jerárquicos del Tribunal de Cuentas y Fiscalía de Estado, dejando de lado el ejercicio vitalicio de los mismos.
- Organismos de control a cargo de la oposición. Se tendría que garantizar, que tanto en la ley como en la práctica cotidiana los Organismos de Control de la Administración Pública de la provincia de Buenos, siempre queden en manos de la oposición.
- Reforma Judicial. Deberíamos poner en la mesa de debate si desde la reforma constitucional de 1994 han funcionado bien los sistemas de selección de jueces y funcionarios judiciales, rever el Consejo de la Magistratura y también repensar la designación, duración y elección del cargo de Procurador General.
- Creación del Consejo Económico y Social. Tendríamos que consensuar la conformación de un ámbito institucional donde se encuentren referentes de la sociedad civil para articular acuerdos, consensos y legitimidad para las decisiones que habrá que tomar para la recuperación y el desarrollo una vez superada la pandemia. Tendría que ser un órgano colegiado con participación ciudadana, donde confluyan representantes de la industria, el campo, el comercio, las cooperativas, los sindicatos, entre otros, de carácter consultivo de los tres poderes del Estado bonaerense.
Estas ideas expresan un aporte al debate, representan la convicción de quienes pensamos que nuestra Provincia debe tener un papel protagónico en la salida de la crisis. Creemos que muchas veces la coyuntura posterga la discusión de cuestiones estructurales de fondo, por ello hoy además de afrontar nuestro difícil presente sería necesario empezar la construcción de nuestro futuro.
(*) Roberto Costa, senador de la Provincia de Buenos Aires, Abogado y Psicólogo Social