El Gobierno nacional decidió intensificar los operativos de seguridad que acompañan al presidente Javier Milei en sus giras internacionales, en respuesta a la creciente tensión geopolítica entre Estados Unidos e Irán. La medida, que no se aplicará en territorio argentino, busca blindar al mandatario en un contexto internacional cada vez más volátil.

Según fuentes oficiales, el nivel de riesgo que enfrenta Milei pasó de “bajo” a “medio” luego de sus recientes declaraciones en las que calificó a Irán como “enemigo de Argentina”. Esta postura, en sintonía con Washington y Tel Aviv, no pasó desapercibida en Medio Oriente, donde se vive un frágil alto al fuego impulsado por Estados Unidos.

La Casa Militar y la custodia presidencial ahora coordinan con mayor rigurosidad los operativos junto a las agencias de inteligencia de los países anfitriones. Las embajadas argentinas también reforzarán su personal de seguridad en el exterior. Sin embargo, el alcance de estas medidas es limitado: la protección del mandatario depende, en última instancia, de la infraestructura y voluntad del país receptor.

En el plano local, el Gobierno descarta modificar el esquema de seguridad vigente. Incluso minimizó episodios recientes como la amenaza de bomba en la Quinta de Olivos, que fue atribuida a un “estúpido que llama para molestar”, según voceros oficiales.